Las relaciones van mutando,
sin entender qué quieres y
qué quiero.
Lejos más que los 400 kilómentros,
a una tecla de distancia,
sin tiempo para querer,
con besos mesquinos y abrazos pedidos.
Te extraño,
tu frialdad e indecisión,
tus besos y caricias,
las conversaciones eternas,
las sensaciones inexplicables.