miércoles, 23 de julio de 2014

Nueva sonrisa

Hoy desperté soñando con una nueva sonrisa,
con ojos pardos,
exactamente a la altura de mis ojos,
ojos sinceros y lindos.

Hoy soñé con ser un poco feliz,
con esperanzas de un recorrido de domingo,
esos domingos entre Concha y Toro y Londres,
noches de chorrillanas y mil palabras por segundo.

Recorrer y conocer,
conversar y conversar,
mirar con lejanía del terror a lo mismo,
con la sabiduría de la templanza.

Es un todo que no se debe buscar al destino,
que lo observo casi con delicia,
situaciones que guardo en la memoria
y que sólo disfruto,
esbozando ahora una leve sonrisa.



Avestruz

Hoy recuerdo una avestruz,
una simple y plumífera avestruz,
de esas que la mitología explica que esconde su cabeza,
como los niños cuando se tapan los ojos para que no los encuentren.

No más sensaciones
ni buscar agua en lo café del desierto,
creer en sensaciones y piel,
caricias y calientasopas tradicionales.

No creeré más que en mi,
en ilusiones propias y en la soledad de mi tranquilidad,
versos, besos, caricias y vida lanzada a la chuña,
al viento, al olvido 
y a los cerros de escritos con finalidad sólo melancólica.

No me gusta ir al oriente mirando al occidente,
querer un beso esperando sólo un cariño,
Como los lacayos que mueres besando los pies de los reyes
y mueres esperando tener un título nobiliario.

¿Tu crees que la realidad es real?
o que lo que pasa por mi piel es real,
o simplemente si ¿puede ser real una amistad con atracción?.
Las cosas tal como las veo,
odioso por pisar el suelo
y contento por seguir con mi camino.