martes, 21 de abril de 2009

UNA NOCHE DE TRASNOCHE

Ayer comenzó todo de nuevo,
todo con ojos cuadrados y con sensación inexplicable,
como lluvia del sur y como un calabozo nortino.

Todo de nuevo,
pero coincidente en un pie de limón,
en unos tallarines horizontales
y en un café colombiano con aroma metropolitano.

No es más que un viaje como tantos otros por la inmensidad,
por los sentimientos encontrados con la realidad,
letras que no se entienden,
pero que se sienten muy muy extraño.

Insisto, este tipo de cosas es imposible,
tan imposible como una noche de trasnoche,
o como un día de teléfono,
como un viaje por separado
y un pequeño esfuerzo por unirlo
en segundos de realidad remota.

Sin duda, definámoslo como raro,
más raro que mi vida y que la tuya,
super extraño,
como una llamada de madrugada
o como dos días de intensidad e invitaciones.

No es más,
es más simple que lo complejo de escribir,
es más simple que explicarles a otros que existo,
escondido en un par de teclados nocturnos
y en la sinceridad de la distancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario