lunes, 26 de abril de 2010

Ríos y Mar... lo más típico

No quiero sentir sólo abrazos tristes,
ni palabras inventadas de mi soledad,
siempre se escribe con acciones directas,
por qué no plasman palabras sobre las nubes
que saludan el amancer,
o sobre miradas imaginarias,
cantautores y trovadores,
escultores y periodistas,
sobre estrellas polares y dibujos en la luna.

Podría escribir sobre respiros cercanos,
apasionates y mentirosos,
sobre ríos fríos bajo el sol,
cerros cafés y verdes,
sobre mar nortino y olas feroces.

Podría escribir una oda por cada palabra del diccionario,
una décima para el profesor de hoy,
tres frase para quien comparte mi aire con indiferencia,
el típico verso al vino,
a Santiago y al Mapocho.
A realidades de otro planeta,
a mi bipolaridad irracional
o a la inteligencia de quien lea estas palabras.

Puedo escribir sobre los que ellos escriben,
sobre voces que me cautiva,
con guitarra y por teléfono,
sobre sentimientos puros que me hacer vulnerable.
Poner un par de notas
y hacer este testamento una canción pegajosa,
ritmo inolvidable de las nuevas generaciones.

Simplemente puedo decir que con música digo mucho,
que escribo sólo encriptado,
que espero que entiendas lo que aquí no dije.

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