Hoy desperté soñando con una nueva sonrisa,
con ojos pardos,
exactamente a la altura de mis ojos,
ojos sinceros y lindos.
Hoy soñé con ser un poco feliz,
con esperanzas de un recorrido de domingo,
esos domingos entre Concha y Toro y Londres,
noches de chorrillanas y mil palabras por segundo.
Recorrer y conocer,
conversar y conversar,
mirar con lejanía del terror a lo mismo,
con la sabiduría de la templanza.
Es un todo que no se debe buscar al destino,
que lo observo casi con delicia,
situaciones que guardo en la memoria
y que sólo disfruto,
esbozando ahora una leve sonrisa.
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