tiempos que no trasnochaba frente a un teclado
critico los lugares comunes,
los intelectualoides,
las mentiras y cualquier cosa que me haga sobresalir.
La cercanía me cohíbe,
la lejanía detecta miradas
puntas de zapatos que me miran,
que me escuchan atentamente
y me esperan a que coma la última miga.
¿Sabías que todo se confabula?
La noche santiaguina habla al oído,
música de insomnio,
un despropósito a esta altura.
Adolescencia llegando a mis poros,
es un tanto imposible
un grito de libertad ahogado,
Una escafandra protectora,
la cercanía de kilómetros,
las miradas fijas,
no quiero cometer errores,
ver más que el mar con pelícanos,
que la cercanía por entropía.
Si te digo que tengo miedo ¿me creerías?
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