Comienzo de invierno blanco, verde y gris,
sonrisas nerviosas y música en vivo contando de causas, azares y luchas,
cabeza en el hombro y voz incansable.
Invierno abrazador, tibio con aire acondicionado y combustible fósil,
con resonancia, versos y oráculos,
sin sueños más que la tranquilidad de finalizar un día feliz,
sentir lejos, sin conocer ni involucrarme,
sin más que 110 kilómetros
canciones y fantasmas revoloteando por doquier,
sobre sensaciones inexistentes.
Invierno frío, más blanco que gris,
con espumante y copa de cristal,
más versos y besos,
sin frío bajo cero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario