Soy un verso amordazado por la razón,
un grito desesperado en una pradera desolada,
soy lo que desde niño quise ser,
un entuerto entre mil cosas no logradas,
gritos y más gritos
realidades difusas
realidades en penumbra.
Paren de gritar,
de reír en mi momento de dolor,
en la suciedad del cemento
anhelando la limpieza de la tierra.
Frío y tercianas,
errores y horrores,
todo va mutando,
creciendo y destruyéndose,
gritemos en conjunto,
quizás así mi penumbra se transforma en sol,
gritemos con el mismo ritmo,
saltemos al precipicio y busquemos la libertad.
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